Tarde o temprano todos
sufren las consecuencias de vivir en un país como Guatemala. La violencia tiene
muchas formas de manifestarse y aunque no toque a todos de forma directa,
siempre se es víctima. El entorno determina el comportamiento de la gente,
nadie se salva.
Una forma típica de
violencia en Guatemala es la extorsión, de ahí se deriva un miedo que inmoviliza
a las personas, pero también las obliga a dar giros insospechados en su forma
de vida, aunque es probable que nada bueno salga de algo que se hace por temor.
En “Marimbas del infierno”,
película del guatemalteco Julio Hernández, Don Alfonso es un músico venido a
menos, su instrumento es la marimba. Resulta que al ser extorsionado por “las
maras” pierde todo y debe abandonar su casa, llevándose únicamente la marimba,
pues es su medio de subsistencia.
Buscando un lugar en donde
esconder la marimba, para que “los mareros” no se la quiten, se encuentra con
“Chiquilín”, quien posteriormente lo pondrá en contacto con “Blacko”, un músico
metalero, antiguo adorador de satán. Entre los tres se embarcan en una original
historia de sobrevivencia.
La cinta parte de una
excelente idea, hacer coincidir a tres seres de la marginalidad guatemalteca,
quienes tratan de llevar a la práctica un plan absurdo, en apariencia; el
problema es que el director, quien también es el escritor del guión, no acierta
en la forma de narrar, por lo que el discurso se queda disperso y los
personajes no alcanzan el suficiente nivel de desarrollo.
Quizá sea la intención del
director contar de forma fragmentada la historia, en donde las escenas no
tienen conexión, ni continuidad; pero tal forma de narrar va en detrimento del
conjunto.
Los tres personajes son
interesantes y se pudo extraer más de los diálogos entre ellos, teniendo en
cuenta que el típico guatemalteco es locuaz, pero el guión los obliga a decir
frases cortas y a hablar poco.
De los actores no se puede
decir mayor cosa, son aficionados y su papel lo realizan como tales, aunque es
de agradecerles el esfuerzo; principalmente el de don Alfonso.
“Marimbas del infierno” es
una producción interesante, cuya idea central es creativa, pero se queda trunca
al no tener una buena puesta en escena.
Calificación 5/10
Tuve la oportunidad de ver está película en un canal de televisión mexicano, es entretenida y la idea es muy original, juntar el metal con el instrumento autóctono no a cualquiera se le ocurre, el problema es que en eso se queda, como dice don Fernando Ramos, al director le falto desarrollar más el guión. Los personajes son el reflejo del guatemalteco que a pesar de las circunstancias difíciles se las ingenia para sobrevivir, pero pudieron ser más exigidos para dar un producto d mejor calidad. Algo que me desagrada del cine guatemalteco es el lenguaje que se utiliza, es muy soes, grosero y no ayuda al desarrollo de la historia, si bien es cierto el guatemalteco se expresa así, se podría buscar una forma menos ofensiva al momento de realizar el guión y por consecuencia los diálogos. El cine guatemalteco está empezando a dar sus primeros pasos y todo esfuerzo se agradece, quiza falte mucho para llevar a la gran pantalla un producto de calidad como lo fue en su tiempo El Silencio de Neto.
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