Al revisar la filmografía de un director comprometido con su creación, de alguien que no filma solo porque el cine es su forma de ganarse la vida, es posible conocer las obsesiones y motivaciones del cineasta, y se reconoce que cada película constituye la parte de un todo.
Uno de los casos más sorprendentes del cine, en general, es el de los hermanos Joel y Ethan Coen, quienes producen, escriben y dirigen, entre ambos, todas sus cintas; su compenetración es tal que algunos dicen que es como si fuera una misma persona con dos cabezas, y cada trabajo que realizan es parte fundamental de una obra que está, afortunadamente, en construcción.
La más reciente entrega de este duo dinámico es True Grit, adaptación de la novela de Charles Portis y remake del filme del mismo nombre.
El argumento es sencillo: una niña de catorce años decide vengar la muerte de su padre, para lograrlo contrata a un tipo con fama de ser bueno en el arte de capturar malechores, le ofrece cierta cantidad de dinero y decide acompañarlo en la cacería; a ellos se une un Texas Ranger, quien también quiere atrapar al fugitivo.
La original, aparecida en 1969, es un clásico del western, con la que su protagonista, John Wayne, ganó el Oscar; por lo que filmarla de nuevo era un reto mayor, pues ¿qué más se puede aportar acerca de algo que la primera vez se hizo bien?
En manos de los Coen la respuesta es sencilla, el aporte es buen cine. Con el sentido fílmico y la habilidad narrativa de los hermanos, la historia adquiere nuevos matices. Si a ello se agrega el oficio que tienen para sacar el máximo de los actores, principalmente de Hailee Steinfeld (Mattie Ross), actriz que interpreta a la niña de catorce años quien, con el aplomo de alguien mayor, realiza un papel excelente, incluso de mayor nivel que el de sus compañeros, Jeff Bridges (Aguacil Reuben J. Rooster Cogburn) y Matt Damon (Ranger de Texas, La Boeuf).
La cinta tiene ritmo pausado y la trama se desarrolla de esa forma, incluso en algunas escenas pareciera que nada sucede: las tomas se abren y muestran la recreación de las grandes áreas de terreno deshabitado, características del viejo oeste estadounidense; en ese sentido, son los elementos técnicos, como la fotografía y la banda sonora los que se lucen.
El trabajado argumento desemboca en las bien tejidas escenas finales, en donde el vértigo se apodera del filme y, aunque el resultado es predecible, se consigue el efecto de detonar la emoción contenida en los minutos previos.
Película de grandes actuaciones y tremendo trabajo de dirección, los Coen ponen una piedra más en ese edificio que conforma su obra.
Calificación 9/10
Es de las pocas que me queda por ver. Los Coen siempre me sorprenden, sea para mal o para bien, pero me sorprenden, debo mentalizarme con esta para ver qué tal está.
ResponderEliminarUn saludo!
Daniel: El cine de los Coen siempre tiene algo bueno. Hay que ver True Grit. Gracias por comentar.
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